viernes, 29 de abril de 2011

Ahí está entonces el problema.



Nosotras presumimos de lo fuertes que somos ,deque nunca nos harán daño o de que él está loco por nosotras, resumiendo, que controlamos la situación.
Y la realidad es, aunque sea triste, que todas, sin excepción, cuando le vemos aparecer perdemos la razón, la fuerza, las bragas.

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